frenéticamente espero el inicio del abismo que prometes
en el vaivén de tu palabra callada de inútil abstinencia
para escaparnos de esta realidad teñida de música
y caras paredes estrechas,
me sujeto de la ventana mientras espero
largamente,
la decisión de tus reglas restrictivas
para intentar recuperar la deliciosa locura
de la relatividad de la nada
que no conoces y te aterra de mí,
de mi dejarme naufragar en la noche invisible de nuestros rezos.
El ciego que dio la vuelta al mundo sin ayuda
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James Holman viajó a lo largo de toda su vida la increíble distancia 280000
kilómetros, casi la misma distancia que nos separa de la luna, más de lo
que nu...