Sueño final

A DOLORES VEINTIMILLA

Así las palabras calladas
van volando entre la ciudad de hipocresía,
mientras, Dolores sigue su agonía
entre penumbras y letras escondidas.

El ensueño primero de la loca,
de la real, verdadera mujer
se va convirtiendo en tortura
hasta ahogarse en su propio fin.

Paredes frías, grises,
sombras oscuras atormentando
las ansias de libertad incomprendida,
va Dolores descendiendo en la luz
que de su ventana, lastimera entra.

Ventana por la que sus ojos ya inertes
van apropiándose de la vida de las gentes,
esas gentes atadas alas redes que se tejen,
envolventes, en las misas de madrugada.

Sus escritos ya no le desahogan,
sus manos débiles se han cansado de esperar,
sólo el murmullo lejano del río de la ciudad la acompaña ahora,
mientras sus sueño acuchilla la realidad.

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